Tejiendo la unidad, acuerpando el paro en Ecuador

Una mujer grita a miembros de la policía que bloquean el paso a una manifestación pacífica durante la marcha popular y plurinacional convocada por el pueblo indígena Kitu Kara, en el día 16 del Paro Nacional convocado por la CONAIE. Quito, Ecuador, 7 de octubre de 2025. Foto © Karen Toro.

Entrevista • 10 de octubre, 2025 • Cristina Vega • Read in English

Nancy Bedón es vicepresidenta de la Unión de Organizaciones Campesinas de Esmeraldas (UOCE), parte del movimiento indígena que convocó el actual paro nacional frente a las medidas tomadas por el gobierno de Noboa en Ecuador. 

El paro convocado por la Confederación de Naciones Indígenas de Ecuador (CONAIE) inició el pasado 15 de septiembre y desde entonces se ha producido una intensificación de la violencia estatal a cargo de la policía, pero también del ejército. 

Esta se ha traducido en agresiones a protestas pacíficas, detenciones arbitrarias, acusaciones infundadas como la que pesa contra más de 50 líderes a les que el gobierno atribuye enriquecimiento ilícito, traslados penitenciarios a centros donde se han producido masacres, torturas, cierre de medios de comunicación y ataques y expulsión de periodistas, entre otras cosas. Acudiendo a los ya normalizados estados de excepción, el derecho a la protesta hoy no existe en Ecuador y los derechos humanos se han convertido en papel mojado. 

Además de la desfinanciación de los servicios básicos y la eliminación del subsidio al diésel, que ha sido el detonante del paro, hay que recordar una sumatoria de medidas dirigidas por el Fondo Monetario Internacional. 

Tras las elecciones en abril, Noboa ha aprobado de forma exprés un conjunto de leyes inconstitucionales. Entre ellas, la equiparación de penas para menores de edad, opacidad de gastos reservados, operaciones encubiertas y negativa de acceso a información pública, recorte de la libertad de expresión y expansión de la vigilancia digital, supeditación del poder judicial, apropiación de recursos del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, entre otras. 

Algunas han sido paradas por la Corte Constitucional, lo que ha desencadenado un ataque directo a esta instancia de parte del ejecutivo y el señalamiento de les jueces como un freno a las políticas de seguridad. Por ende, el gobierno de Noboa ha lanzado una consulta con el fin de convocar una constituyente que pueda bajar la constitución vigente, donde se consagran, entre otros, los derechos de la naturaleza. La instalación de bases extranjeras es otro de los capítulos a revertir.

El argumento de la seguridad, que desató la declaratoria de conflicto armado interno a inicios de 2024 sigue siendo el principal argumento del gobierno para impulsar estas y otras medidas.

Siendo Gaza la expresión actual más obscena de la aniquilación de un pueblo, en esta parte del mundo, Ecuador se está convirtiendo en un espacio de ensayo dirigido a empujar las fronteras de lo aceptable en términos de derechos con el fin de profundizar el expolio capitalista y quebrar los vínculos de resistencia.

La semana pasada conversamos con Nancy Bedón, expresidenta de la UOCE, de regreso de un encuentro en Bolivia. Nuestra conversación ha sido ligeramente editada por claridad y extensión.

Mujeres y hombres indígenas corean consignas durante una marcha en el marco del Paro Nacional, luego de enterarse del fallecimiento de Efraín Fuerez, comunero de Cotacachi, en la séptima jornada de Paro Nacional. Quito, Ecuador, 28 de septiembre de 2025. Foto © Karen Toro.

Cristina Vega: ¿Nos puedes contar qué está pasando en Ecuador?

Nancy Bedón: Vivimos un paro nacional nunca antes visto debido a la aplicación brutal de la violencia estatal en contra de quienes estamos en las calles expresando el rechazo al decreto que elimina el subsidio al diésel que, para nosotros, el pueblo, significa mayor empobrecimiento, mayor desigualdad económica. 

También estamos en las calles diciéndole “no” a la constituyente porque pone en peligro derechos que hemos logrado todos y todas en el Ecuador, los derechos colectivos, el derecho a la naturaleza, el derecho a la consulta previa. Han sido derechos que no sólo protegen a los pueblos indígenas sino también a la naturaleza como elemento fundamental para la vida.

Quienes estamos en las calles vemos una violencia no sólo estatal, que nos ha dejado muertos y heridos, compañeros sin ojos, mujeres maltratadas, sino también una violencia racista increíble, empezando por la acusación de terrorismo del gobierno hacia los pueblos y nacionalidades en lucha. 

Hemos visto que el racismo colonial aún está presente y aún marca nuestros cuerpos, nuestros territorios y también nuestras formas de gobernar y participar en esta llamada democracia. [La democracia] Hoy no existe en el Ecuador. 

Estamos viviendo una dictadura del terror, una dictadura violenta ejercida por la policía, por militares, que impiden con todo su arsenal el derecho a la protesta. 

CV: Además de la eliminación del subsidio al diésel, ¿existen otros reclamos?

NB: Bueno, pese a las conquistas constitucionales que tenemos, la realidad está muy lejos de que estos derechos ganados sean ejercidos y respetados. 

Estamos exigiendo una verdadera inversión en educación, una verdadera inversión en salud, protección laboral, defensa de los territorios frente al extractivismo y, en estos días, que se respete el legítimo derecho a la resistencia. Estamos exigiendo justicia por el cruel asesinato de nuestro compañero Efraín Fueres y otras víctimas de la represión, entre ellas la liberación de los doce de Otavalo, injustamente apresados y enviados a una cárcel de Esmeraldas donde se acaba de producir una masacre que ha acabado con la vida de 17 personas. 

Hacemos un llamamiento al “no” en la consulta que quiere destruir los derechos colectivos y de la naturaleza consagrados en la Constitución e irrespetados por este gobierno.

CV: ¿Qué desafíos enfrenta la CONAIE y su nuevo consejo en estos momentos? 

NB: Para nadie es un secreto que el movimiento indígena está debilitado a causa de las políticas de los últimos gobiernos, que han introducido en el movimiento maniobras de compra y venta, de ofrecimientos de beneficios a dirigentes específicos con el fin de fracturarnos, de oferta de bonos oportunistas en campaña y en estos momentos. 

Nuestro reto en estos momentos es tejer la unidad, tejer sobre una realidad económica que es muy dura. Lo cierto es que, pese a cierta desorientación dirigencial, la base está tomando el mando, las bases están orientando el sostenimiento del paro en los distintos territorios.

El reto es recuperar el tejido orgánico, disciplinado. La orientación hacia el estado plurinacional, equitativo, no racista, no patriarcal. El otro reto es articularnos con otros sectores sociales. Esta lucha no la podemos librar nosotros solos. 

Los pueblos, las organizaciones que hacemos la CONAIE, entendemos muy bien que nuestro quehacer cotidiano es con otros actores, con mujeres, con obreros, con ecologistas y movimientos como el estudiantil, con profesionales, con otras organizaciones indígenas y campesinas. 

Lamentablemente, en algunos dirigentes hay una ceguedad frente a esto. El reto es abrir los ojos y mirarnos en relación para reconfigurar un nuevo país entre todos. La crisis política, social y económica que vivimos no afecta únicamente al movimiento indígena. Necesitamos enfrentar juntos esta lucha.  

Una mujer sostiene un cartel que dice “Sube el diésel. Sube todo. Fuera Noboa, fuera”, mientras observa pasar a un grupo de manifestantes durante el Día de Acción Global por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Colectivos feministas se sumaron a las movilizaciones del séptimo día del Paro Nacional convocado por la CONAIE. Quito, Ecuador, 28 de septiembre de 2025. Foto © Karen Toro.

CV: Noboa quiere generar diferencias y fracturas aprovechando los sentimientos de inseguridad en la población e infundiendo terror con las fuerzas armadas. Hace llamados en nombre de “la paz” para movilizar a sectores de la población, muchas veces pagados, contra las protestas.

NB: Noboa representa un gobierno que está haciendo un ejercicio de gobernanza basado en el miedo y está utilizando la idea de la seguridad en contra del pueblo. 

Está construyendo bases clientelares aprovechando la necesidad de gente que no es necesariamente racista, sino que se ve abocada por la necesidad diaria de sobrevivir y cede ante ofrecimientos selectivos en lo inmediato. 

Estamos ante un gobierno maquiavélico, empobrecedor y terrorista, porque infunde terror y miedo en el pueblo, y utiliza las condiciones de pobreza que genera a su favor. 

CV: Tú eres de Esmeraldas, donde existen retos específicos relacionados con este territorio fronterizo con Colombia, que además sufre una violencia extractiva y racista de tiempos.

NB: Esmeraldas es una de las provincias costeras del Ecuador, estamos ubicados al norte de la costa ecuatoriana y, claro, vivimos atravesados por las economías violentas, por bandas ligadas al narcotráfico, al microtráfico y a otros negocios violentos que disputan tanto el territorio como el reclutamiento de jóvenes empobrecidos, que son la mercancía que sostiene esta economía. 

Frente a esto, nosotros como la UOCE, como organización provincial, queremos promover la acción de las mujeres, que son las que nos mostramos sensibles a esta devastación del territorio y de nuestra juventud. 

Necesitamos reflexionar políticamente sobre lo que significa la presencia de actores armados en nuestro territorio. Es vital que lo hagamos. 

Necesitamos pasar del susto y la parálisis y hacer una reflexión política estratégica para ver cómo nos fortalecemos y cómo protegemos la vida de nuestros hijos y defender nuestras tierras, que ahora son vistas como el espacio ideal para dominar, para hacer crecer el capital. En este sentido, nuestro trabajo con los jóvenes en las escuelas de formación es crucial y ahí le apostamos todo. 

CV: ¿Qué papel crees que tienen las mujeres, la organización de las mujeres? 

NB: Las mujeres tenemos la claridad para promover estas acciones de protección comunitaria y generar alianzas entre territorios. Creo que las mujeres en la costa somos las que estamos mucho más conscientes del daño que está haciendo la presencia de este tipo de economía en nuestras familias y comunidades. 

Nos duele muchísimo tener hijos, tener sobrinos, tener vecinos, tener amigos cercanos que están vinculados a grupos criminales. Particularmente, yo creo que es desde las mujeres la única posibilidad de poder mirar más allá.

Los hombres, generalmente, sobre todo en la costa, están muy enseñados a confrontar los hechos desde la violencia, desde el machete, desde la pistola o desde el involucramiento mismo en la economía violenta. 

Pero nosotras las mujeres estamos sintiendo y creemos que ese sentir y esa mirada tiene que darnos resultados organizativos que nos ayuden a enfrentar esto. 

Las mujeres en la costa, sobre todo las mujeres que están vinculadas a la UOCE, como las del pueblo Huancavilca, en Santa Elena, en Manabí, en El Guayas, que son agricultoras como yo, campesinas, estamos liderando procesos. 

La idea es ver cómo nosotras, que estamos liderando organizaciones y procesos organizativos, podemos ponernos en alerta de manera más reflexiva y más política. 

CV: Estos días hemos estado con las Bartolinas [organización histórica de mujeres campesinas e indígenas] en Bolivia. ¿Qué aprendizajes te llevas del diálogo con ellas?

NB: Primero, llevo en el corazón un sentir común, un sentir latinoamericano de lo que supone ser mujer dentro de procesos organizativos y de las decisiones políticas. 

Me doy cuenta de que aún estamos subordinadas en el interior de nuestras organizaciones, que se guían por principios patriarcales. La reflexión crítica de las Bartolinas sobre lo que ha sido el proceso de cambio abre nuevas perspectivas. 

También me llevo la posibilidad de crear alianzas entre mujeres. Somos las mismas, estamos en la misma situación, por lo tanto, es vital y necesario juntarnos. 

También me llevo la esperanza de crear en el movimiento indígena ya no unas Bartolinas, no replicar igual, pero sí fortalecer un proceso de mujeres que podamos disputar también el poder desde adentro, no para competir sino para poder ayudar a direccionar de mejor manera teniendo como horizonte el sostenimiento de la vida en nuestros territorios. 

Y me llevo una frase hermosa que dijo nuestra compañera Nelby de las Bartolinas: “Las mujeres nos podemos equivocar, pero jamás traicionar un sueño colectivo”. 

CV: ¿Qué expresa lo que pasa en Ecuador sobre el mundo?

NB: Estoy convencida absolutamente de que lo que pasa en el Ecuador también le pasa al mundo y que la responsabilidad de la construcción de una nueva sociedad humana, eminentemente protectora, productora de la vida y protectora de la vida es una corresponsabilidad que tenemos en el mundo. 

Lo que yo diría a las mujeres del mundo es que es el momento de dar el paso adelante, necesitamos que la voz femenina deje de estar atrás y podamos poner voz y decir aquí estamos y así queremos el mundo para nuestros hijos, para nuestros nietos, para nuestro territorio. Es necesaria una voz femenina con fuerza, igual de potente que la voz masculina, pero con la estrategia del cuidado como un elemento político real.

Mujeres se abrazan tras participar en la marcha popular y plurinacional convocada por el pueblo indígena Kitu Kara, en el día 16 del Paro Nacional convocado por la CONAIE. Quito, Ecuador, 7 de octubre de 2025. Foto © Karen Toro.

CV: Este paro está siendo muy diferente a los de 2019 y 2022. ¿Hacia dónde se dirige el paro?

NB: Primero, creo que el paro se va a sostener debido a que ya no estamos esperando la dirección de la cabeza, que está en transición. Las organizaciones de base están levantando su voz, están haciendo sus pronunciamientos. 

Ya no es un paro sólo de la CONAIE. 

Están sumándose más actores y yo creo que el paro va hacia el fortalecimiento del “no” a la constituyente como un elemento fundamental para proteger la vida y los derechos. 

Entonces yo tengo mucho convencimiento, después de días un poco de ansiedad y de desesperación, de vacío, que el paro va a ir hacia sostenerse de otra manera, no sólo con acciones en la calle confrontativas, sino con otras estrategias hermosas, como ahorita han aparecido, por ejemplo, artistas, pronunciamientos de colectivos. 

Vamos a ver la reconfiguración de la resistencia de otras maneras, mirando a una fuerza potente por el “no” a la constituyente, el “no” a la consulta. 

Noboa se muestra desafiante, quiere asegurar su presencia, decir que el pueblo le está apoyando y creo que lo más peligroso es que él va a ir con todo, con todo este modo populista y de terror. 

Va a ir con todo, y la única manera de pelear es poder reconstituir la unidad en medio de este paro, reconstituir la unidad de todo el pueblo, una unidad estratégica donde, frente al ofrecimiento de plata, de bonos, la compra y venta de las conciencias, se pueda afirmar la alegría, el arte, los diálogos entre todos los actores. 

Es vital, y es por eso que yo creo firmemente que nosotras las mujeres en el Ecuador tenemos que promover eso.

Cristina Vega

Cristina Vega es feminista, profesora del Departamento de Sociología y Estudios de Género de Flacso, Ecuador.

Cristina Vega is a feminist who teaches in the Department of Sociology and Gender Studies at Flacso, Ecuador.

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