Recado de una activista mexicana rumbo a Palestina

"De sur a sur, Palestina libre". Foto de Karen Castillo en Barcelona con bordado. Foto © Marlén Castro. Bordado © Araceli Gómez Cañipa y Shirley Ríos Pozada, Cooperativa Visual, 2025.

Reportaje • Marlén Castro • 12 de septiembre, 2025 • Read in English

“El Huga, el barco que ha sido mi casa durante ocho días, se balancea con las ondas marinas. Es cerca del mediodía. 

Estoy en la proa viendo cómo nos acercamos a Túnez. Traigo tenis, no he querido quitármelos ni para dormir, pienso que es mejor estar lista ante cualquier emergencia, como un dron armado, una intercepción o un ataque aéreo. 

La mayoría de las compañeras y compañeros, andan descalzos. Yo, viniendo de varias experiencias en México, he aprendido que es mejor estar preparada. 

Acabamos de hacer el simulacro del día. Es un entrenamiento diario ante la posibilidad de que seamos atacados. Esa probabilidad nos acecha con intensidad a medida que nos acercamos más a Palestina. 

Cierro los ojos. Imagino cómo sería ese momento. Tener frente a mí a soldados que han asesinado niños, niñas, bebés, mujeres embarazadas. Intento comprender qué hay en el corazón del soldado israelí, de los israelíes en general, a favor del genocidio del pueblo gazatí. 

Me pregunto: ¿cómo fueron educados y entrenados para sentir tanto odio? Creo que para llegar a este punto de querer eliminar y borrar del mapa a todo un pueblo debieron pasar por un proceso de deshumanización muy cruel. 

Cuando escucho a las gaviotas abro los ojos. Estos días, a pesar del riesgo que esta misión implica, he disfrutado de amaneceres y atardeceres intensos. 

Conforme nos adentrábamos al Mediterráneo, comenzamos a ver delfines y tortugas, especies amenazadas debido a la pesca excesiva y a la contaminación del océano. A mis 30 años, venir en esta misión, atravesar este mar, es mi experiencia más poderosa como activista.

Me incorporo para ver mejor el paisaje armonioso de las casas blancas y azules de Túnez. Aquí estaremos un par de días. Es necesario reabastecernos de víveres y combustible. También nos detenemos para esperar a otras embarcaciones y después partiremos a Gaza”. 

Estas son palabras de Karen Castillo, compartidas con Ojalá en entrevista mediante Whatsapp hace varios días. Castillo es una activista mexicana que está en espera de la partida a Gaza como parte de la Global Sumud Flotilla. Aquí su historia.

Acuerpar la lucha por Palestina

Era mediados de agosto y Castillo iba de Ciudad de México a Chiapas, un estado del sureste mexicano, para participar en el Encuentro de Resistencias y Rebeldías en territorio zapatista. Durante el trayecto de 18 horas en autobús, vio la convocatoria para la Global Sumud Flotilla, y postuló a través de su teléfono celular. 

Cuando regresó a su casa en Ciudad de México recibió un correo de vuelta para pedirle más información de ella y del Observatorio de Derechos Humanos Memoria y Libertad, el cual coordina.

“Me sentía muy ansiosa, muy emocionada”, contó Castillo en una entrevista con Ojalá en Barcelona. 

El jueves 21 de agosto recibió otro correo diciendo que no había sido seleccionada. “Me metí súper ansiosa al correo del Observatorio, también me daban las gracias y me invitaban a seguir participando”. 

Castillo, quien estudia Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y escribe para medios independientes, como Zona Docs y Somos el Medio, continuó con su día a día hasta que el martes 26 de agosto recibió un mensaje a su WhatsApp en el que le decían que el correo había sido una equivocación, que sí había sido seleccionada. 

“Sentí demasiadas cosas al mismo tiempo. Emoción, alegría, también miedo. Lo primero que pensé: ‘¿cómo le voy a decir a mi familia que me voy a ir a Gaza?’. No es cualquier cosa. No se lo conté a muchas personas, solo a mi pareja y al equipo del Observatorio”.

La ansiedad y emoción de verse en un barco rumbo a Gaza le ocasionó mareos, ascos y, por lo tanto, no podía comer. Al mismo tiempo, Castillo leía los manuales que le enviaron para prepararse, tomaba decisiones acerca del Observatorio por lo que implicaba su ausencia y preparaba las cosas del viaje. Entre esos, la compra de los boletos de avión. 

A Castillo le pareció que las cosas pasaron de manera acelerada. Cuando recibió el mensaje, era martes. El viernes la esperaban en Barcelona para un entrenamiento y el domingo saldría en la flotilla. 

Flotillas por Gaza

Castillo forma parte de una delegación de seis mexicanes en la flotilla humanitaria, a la que se integraron unos 300 activistas de 44 países en 20 embarcaciones, entre elles defensores de derechos humanos, periodistas, polítiques catalanes, como la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el actor irlandés Liam Cunningham y, por tercera ocasión, la joven activista climática Greta Thunberg.

Abordó un avión al continente europeo, donde nunca antes había estado, en donde recibió un entrenamiento intenso para saber cómo reaccionar ante un ataque de uno de los ejércitos más temidos y crueles del mundo. 

Subió al barco de nombre El Huga. Tiene 19 compañeras y compañeros de viaje de diversos países europeos y de América Latina. Castillo cuenta que no tenía palabras para describir lo que sintió cuando subieron al barco. 

Más de cinco mil personas aplaudieron la salida de las 20 embarcaciones del Moll de la Fusta (muelle de madera en catalán) de Barcelona.

Durante los últimos tiempos, varias embarcaciones con la misma misión ya fracasaron. En mayo del 2010, la Mavi Marmara fue atacada por Israel, causando la muerte de los 10 activistas a bordo. 

En mayo de 2025, el barco Conscience fue atacado por drones armados. Los impactos abrieron hoyos en el casco y la tripulación pidió auxilio, abortando la misión. El barco se hundió.

Un mes después, el velero Madleen fue interceptado por soldados israelíes. Los activistas fueron detenidos y deportados. En ambas misiones de este año iba a bordo la ambientalista sueca Thunberg.

Exigir un fin al genocidio

A casi dos años del inicio del genocidio israelí en Gaza, la realidad es horrenda y ampliamente conocida. 

Alrededor de 63 mil palestines murieron bajo los bombardeos y 159 mil resultaron herides. Y, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, citado por la agencia AP, hasta el 31 de agosto, 332 personas se han muerto de hambre y casi medio millón —una cuarta parte de la población de Gaza— no tiene lo básico para sostener la vida, mientras el mundo se queda mirando.

En repetidas ocasiones, gazatíes fueron víctimas de ataques a tiros por tropas israelíes mientras estaban en fila para recibir comida. A principios de agosto, la ONU reportó el asesinato de casi 1,400 habitantes de Gaza en esas circunstancias.

Festival por Gaza

Contar la historia de les palestines es la misión de Sol Band, indicó la vocalista Rahaf Shamali cuando terminó su participación el viernes 29 de agosto. La actuación tuvo lugar durante el primer día del Festival por Gaza, antes de la partida de la Global Sumud Flotilla. El festival fue una iniciativa de organizaciones de Barcelona para apoyar la llegada humanitaria.

Les integrantes de Sol Band salieron de Palestina para sobrevivir y, mediante la música, contar al mundo lo que viven en Gaza.

La vocalista cuenta en inglés su misión en el mundo, también que fue difícil tomar la decisión de salir de Gaza porque allá se quedaron todes sus familiares. 

Todos los días la banda recibe noticias desde Gaza. Así se enteraron de que su director musical, Saadi Mdoukh, quien no pudo salir, fue una de las víctimas de un bombardeo israelí.

Shamali tuvo ese viernes 29 de agosto una misión más personal. Su madre le pidió que grabara la participación de Sol Band y otros artistas. “Quiere saber cuál es el sentir fuera de Gaza”, contó en entrevista.

Los habitantes de Barcelona demostraron una vez más que la ciudad, en la que surgió el Movimiento Global por Gaza, es un centro importante de la solidaridad mundial con Palestina.

Ya bajo ataque

En el día ocho de su travesía, el domingo 7 de septiembre, las embarcaciones de la Global Sumud Flotilla arribaron a Túnez. Los activistas necesitaban más provisiones, pero sobre todo, bañarse —el agua en las embarcaciones está limitada a las necesidades más apremiantes— y dormir un poco.  Lo harán en esta ciudad del norte de África. Por lo que todes bajan de los barcos en pequeñas lanchas. 

En Túnez se unirán aproximadamente 30 barcos más de Italia, Grecia y Túnez, y unas 400 personas más a la flotilla. 

El Huga, el barco en el que viajan Castillo y 19 activistas más, se queda anclado en la bahía tunecina, como los otros 14 que forman parte de la flotilla, mientras retoman el viaje a Gaza.

No es un barco para cruzar el Mediterráneo, como muchos de los que forman parte de la flotilla, compartió Castillo, pero El Huga les respondió bien. 

Cinco de los veinte barcos que partieron del puerto de Barcelona registraron averías y retornaron, quizá lleguen a Túnez y se integren de nuevo a la misión; no se sabe aún.

Tampoco se sabe si Israel cumplirá la amenaza de darles trato de terroristas, como advirtió antes de que zarparan de Barcelona.

La noche del lunes, Castillo y Ernesto Ledezma, de la delegación mexicana, regresaban de una reunión al hotel donde pernoctan cuando comenzó a correr la voz que uno de los barcos había sido atacado con drones armados.

“Vamos a continuar a Gaza a pesar del ataque con el dron armado”, me contó Castillo. “Lo único que nos puede salvar a todes es exigir a los gobiernos del norte global que dejen de estar del lado de esos intereses supremacistas. Eso solo lo puede hacer la gente. ¡No nos dejen soles!”.

Marlén Castro

Marlén Castro es originaria del estado de Guerrero, al sur de México, con 30 años de ejercicio periodístico, en donde cubre principalmente temas de derechos humanos relacionados con los efectos, sociales, ambientales y de salud en las comunidades, a causa de los proyectos extractivistas. Actualmente es coordinadora general del medio digital Amapola Periodismo.

Marlén Castro is a native of Mexico's southern state of Guerrero and has 30 years of experience in journalism. She mainly covers human rights, specifically the social, environmental, and health effects of extractive projects on local communities. She is currently the general coordinator of the digital media Amapola Periodismo.

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