Argentina LGBTIQ+, orgullosa frente el odio

La bandera LGBTIQ+ flamea en la Marcha del Orgullo en Buenos Aires, 12 de noviembre, 2022. Foto © Camila Godoy.

Reportaje • Agustina Ramos • 30 de octubre, 2025 • Read in English

Agui Serna y Vane querían criar a su hija en un lugar tranquilo. En 2022 compraron un terreno en Cañuelas, a 60 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Construyeron una casa azul con muchas ventanas entre los pastizales. 

Pero un vecino, Orlando Alcides Lutz Fogar, hostigaba a otra pareja cuir en la zona. Cuando Serna y Vane, quien ha pedido el anonimato, lo enfrentaron, elles comenzaron a ser vigilades y amenazades también. 

Lutz Fogar les sacaba fotos y enviaba amenazas. Cuando un día vieron que les apuntó con un láser, se fueron a vivir a otro lugar, temiendo lo peor. 

A tres años de aquella decisión de construir un hogar en Cañuelas, el hostigamiento aún no cesaba. Era para entonces que el presidente Javier Milei participó del Foro Económico de Davos. El 23 de enero de 2025, se encargó de difundir una serie de ataques y desinformaciones sobre la población LGBTIQ+. Entre ellas, comparó la homosexualidad con la pedofilia y habló de una supuesta agenda LGBT+ que impone “que las mujeres son hombres y que los hombres son mujeres”.

Seis días después del discurso de Milei, Lutz Fogar materializó su amenaza y prendió fuego a la casa de Serna, Vane y su hija pequeña. Como no estaban en ese momento, resultaron ilesas, pero se quedaron sin casa, sin sus pertenencias, con deudas y una serie de problemas cotidianos vinculados al ataque. 

“Estamos en números rojos por todos los gastos que tenemos. Seguimos juntando recursos para pagarle a la abogada, para los viáticos, psicólogues, psiquiatras, además de nuestros gastos cotidianos”, dijo Serna, una persona lesbiana no binarie, en una conversación con Ojalá, a nueve meses del incendio. “Es una pesadilla que no termina más”.

La escena del ataque recuerda al cruento triple lesbicidio ocurrido en el barrio porteño de Barracas un año atrás.

El 5 de mayo de 2024, a las 23:30, Justo Fernando Barrientos arrojó un explosivo casero a la habitación de un hotel donde vivían cuatro lesbianas. Las prendió fuego y provocó un incendio. Murieron Pamela Cobbas, su pareja Mercedes Roxana Figueroa, y Andrea Amarante. La única sobreviviente fue Sofía Castro Riglos. 

Unos días antes, el abogado, amigo y referente de Milei, Nicolás Márquez, había dicho en un programa de radio con amplia audiencia que “cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, está incentivando una conducta autodestructiva”.

La masacre visibilizó una serie de violencias y vulnerabilidades a las que está expuesta la población LGBTIQ+. Los activismos pidieron justicia por el triple crimen y se centraron en un reclamo: basta de discursos de odio que legitiman la violencia que sufrieron Pamela, Roxana, Andrea, Sofía, Agui, Vane, su hija y tantes más en Argentina hoy.

A seis meses del triple lesbicidio en Barracas, señalizan el hotel donde Pamela Cobbas, su pareja Mercedes Roxana Figueroa y Andrea Amarante vivían para recordarlas. Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente del ataque, acaricia la placa. 6 de noviembre, 2024, Buenos Aires. Foto © Catalina Di Stefano.  

El odio oficial

La próxima celebración del Orgullo LGBTIQ+ que tendrá lugar el 1° de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires será una fuerte expresión de lucha en el marco de un recrudecimiento de la hostilidad hacia la diversidad sexual en el país. Cientos de miles de personas llenarán de color, brillo y carteles con reclamos las principales arterias del centro porteño, avanzando desde Plaza de Mayo hasta el Congreso de la Nación, en una marcha que en Argentina tiene lugar desde 1992. Además habrá réplicas a lo largo y ancho del país durante octubre, noviembre y diciembre. 

Este año, la marcha se dará en un contexto en el que el partido de Milei, La Libertad Avanza (LLA), logró una contundente victoria en las elecciones legislativas del pasado 26 de octubre. Los resultados sorprendieron a las encuestadoras, y las elecciones sufrieron una caída histórica de la participación.

Con más del 40 por ciento de los votos a nivel nacional a LLA y un triunfo en 15 de los 24 distritos, el gobierno de Milei refuerza su capacidad de impulsar y aprobar leyes, reformas y validar vetos a las normas que le ponen frenos. 

Un enemigo elegido durante los casi dos años de gestión del gobierno nacional fue la comunidad travesti-trans. Luego de la multitudinaria Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista LGBTIQ+  en protesta del discurso de Milei en Davos, el gobierno nacional modificó por decreto la Ley de Identidad de Género (LIG). La normativa, sancionada en 2012, fue la primera en el mundo en no requerir diagnósticos ni tratamientos para acreditar la identidad de género de una persona. 

El decreto firmado por Javier Milei —que continúa vigente— prohíbe los tratamientos hormonales e intervenciones en jóvenes menores de 18 años. 

La ley que modificó establecía que, para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, las personas menores de edad debían presentar el consentimiento a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor. Sin embargo, para una intervención quirúrgica total o parcial debían contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial competente de cada jurisdicción.

El presidente desinformó en aquel momento diciendo que en 240 centros de la provincia de Buenos Aires se “le amputan los genitales a las criaturas”. Como respuesta, familias y especialistas afirmaron: en Argentina no se realizan cirugías a infancias trans y la hormonización tiene lugar a partir de los 16 años.  

El gobierno, a su vez, no implementa la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, cuando la situación crítica socioeconómica golpea más fuertemente a estas identidades, las más vulnerables dentro del colectivo LGBTIQ+.

Vista desde una carroza con el Obelisco de fondo en la Marcha del Orgullo de Buenos Aires, 12 de noviembre, 2022. Foto © Camila Godoy.

Violencia en aumento

El panorama político es hostil, y parece alimentar un incremento de la violencia física hacia personas de la diversidad sexual. 

Según el último informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+, entre enero y junio del año en curso ocurrieron 102 crímenes de odio motivados por la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las víctimas en Argentina. Esta cifra representa un incremento del 70 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.

“El informe registró más de 100 casos en seis meses, cuando los de años anteriores registraron 120 en un año en promedio, más o menos”, compartió a Ojalá María Rachid, activista lesbiana e integrante de la comisión directiva de la Federación Argentina LGBT. 

“Todo esto se da en un contexto en el que se valida y legitima a un sector de la sociedad que expresa esa violencia verbal, psicológica y también física hacia personas LGBT”. Hubo cuatro asesinatos en el primer semestre: tres varones gays y una lesbiana. 

Los informes muestran, año a año, que las identidades más afectadas son las mujeres trans, que en esta ocasión representaron el 70,6  por ciento de los casos (72). Luego, los varones gay cis (17); las lesbianas (siete); los varones trans (cinco); y personas no binarias, con el uno por ciento. 

A mediados de septiembre pasado, sectores de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, impulsados por la legisladora Victoria Freire (de la coalición centroizquierda Unión por la Patria), llevaron adelante una mesa de trabajo con organizaciones LGBTIQ+ para tratar el aumento de las violencias contra personas del colectivo. 

“La mesa nos sentó a personas de miradas diferentes para hablar de una misma problemática: esta violencia que se viene incrementando”, compartió Geraldine “Sher” Lescano, referenta del Movimiento Travesti-Trans Argentina.

Uno de los temas abordados fue la persecución policial y social que viven especialmente las trabajadoras sexuales del colectivo travesti trans que trabajan en la calle. 

“Se está viendo algo que antes no ocurría con tanta frecuencia: son grupos organizados de varones que se acercan en auto a las zonas rojas a atacarlas”, agregó Lescano. Actualmente acompaña a dos trabajadoras sexuales que vivieron violencia física, psicológica y monetaria por parte de las fuerzas policiales.

Un dato alarmante del informe de este año es que en el 52,9 por ciento de los casos la violencia fue ejercida por personal de las fuerzas de seguridad en ejercicio de sus funciones, frente al 23,8 por ciento del año anterior. El Sindicato de Trabajadores Sexuales de Argentina viene denunciando esa violencia estatal contra sus integrantes desde hace tiempo.

A esto se suma la mayor vulnerabilidad a la que están expuestas las personas migrantes desde que el gobierno nacional emitió el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 366/2025 que modificó la Ley de Migraciones sin pasar por el Congreso. 

Muchas travestis y trans migrantes llegan a la Argentina para poder vivir libremente su identidad a partir de la sanción en 2012 de la Ley de Identidad de Género. Pero hoy con el nuevo DNU sufren el riesgo de ser deportadas a sus países de origen, de donde escaparon años atrás.

Sobrevivir y resistir

Argentina fue un faro para la región en cuanto a la adquisición de derechos para sectores vulnerabilizados históricamente, como la comunidad migrante, el colectivo travesti trans, la diversidad sexual en general y las mujeres. En 2010, fue el primer país de Latinoamérica en aprobar el matrimonio igualitario. En 2012, sancionó la mencionada LIG, primera en despatologizar a las identidades trans. En 2013, la ley de Fertilización Asistida fue pionera en garantizar el acceso gratuito e igualitario a técnicas de reproducción asistida a todas las personas mayores de edad, independientemente de su estado civil y orientación sexual. En 2020 aprobó la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y, en 2021, la ley de Cupo Laboral Travesti Trans, entre otras normativas.

Hoy, se vive un retroceso con el ataque a leyes ganadas en las calles, como la LIG, y el desmantelamiento de políticas públicas y organismos del Estado que trataban las violencias y desigualdades de género.

“El Ejecutivo lo único que hace es desarmar políticas y habilita agresiones y hostilidades. El Poder Judicial tampoco es un espacio muy afín o muy ameno al acompañamiento de las situaciones de las personas, todo lo contrario”, dijo a Ojalá Mónica Macha, diputada nacional de Unión por la Patria y presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad. “Entonces creo que hoy el lugar más potente para dar esta discusión es el Poder Legislativo”. 

Desde la comisión que lidera Macha elaboran distintos proyectos que buscan acompañar al colectivo, defender lo que se había ganado y rechazar el decreto que modifica la LIG.

También están las redes. Lescano, que trabajaba en la exdirección del Ministerio de Género y Diversidad desmantelado por el gobierno, cuenta que cuando se dio de baja la línea telefónica que acompañaba a personas trans en su acceso a la salud, habilitó un mail para que pudieran seguir llegando las consultas y reclamos, que responden desde su organización. Los ejemplos de estrategias colectivas como esta abundan. 

Y además están las calles. Desde septiembre hasta diciembre se llevan adelante distintas marchas del Orgullo a lo largo y ancho de la Argentina. La principal, que se espera multitudinaria, se desarrollará en la Ciudad de Buenos Aires el 1° de noviembre bajo el lema: “Frente al odio y la violencia, más orgullo y unidad”, un grito que se replica con diferentes palabras pero el mismo significado en los lemas de las diferentes movilizaciones de cada distrito. 

“La Marcha del Orgullo es una gran oportunidad para convocar a toda la sociedad a manifestarse contra los crímenes de odio y las políticas de odio de Javier Milei”, dijo Rachid. “Necesitamos ponerle un freno a esta violencia y esta discriminación”.

Agustina Ramos

Agustina Ramos es periodista argentina. Se dedica a temas vinculados a género, diversidad, derechos humanos, violencias y de interés general. Trabajó en la Agencia Nacional de Noticias del Estado Télam, actualmente es redactora en la Agencia Presentes y colabora en medios nacionales e internacionales.

Agustina Ramos is an Argentine journalist. She focuses on issues related to gender, diversity, human rights, violence, and general news. She worked at the Télam National News Agency and is currently a writer at Agencia Presentes. She also contributes to national and international media outlets.

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