Un levantamiento por la democracia sacude Guatemala

4 danzantes con máscaras de animales y trajes tradicionales llenos de pedrería y bordado bailan frente a un público curioso. Al fondo se ven las lonas del campamento de protesta.

Danzantes maya kaqchikel bailan en la protesta frente al Ministerio Público tras caminar durante cuatro días desde el departamento de Chimaltenango hasta la Ciudad de Guatemala. Foto: Sandra Cuffe.

Reportaje • Sandra Cuffe • 18 de octubre, 2023 • Read in English

La carpa de la cocina rebosaba de actividad mientras los voluntarios hacían tortillas, revolvían huevos, repartían porciones de frijoles y queso y servían café. Eran casi las ocho de la mañana en la protesta frente al Ministerio Público de la Ciudad de Guatemala, donde un dedicado equipo lleva más de dos semanas seguidas atendiendo día y noche a líderes indígenas y manifestantes.

“Aquí hemos estado durmiendo”, dijo Juana Chávez, señalando un pequeño tramo de calle bajo la lona, entre montones de aparatos y estantes repletos de víveres. Chávez, una mujer maya k'iche que forma parte de Oxlajuj Ajpop, organización dedicada a la espiritualidad y los lugares sagrados mayas, ha sido una de las voluntarias más activas en la cocina desde el primer día. “Estamos aquí en la resistencia”, dijo orgullosa a Ojalá acerca del equipo de mujeres y hombres, jóvenes y mayores, indígenas y no, con quienes ha estado trabajando.

La protesta en la Ciudad de Guatemala es parte de un paro nacional liderado por pueblos indígenas ya cumplió dos semanas, con bloqueos de carreteras y caminos que se mantienen en todo el país, bajo amenaza de ser desalojados. La gente exige la renuncia de la fiscal general y de otros operadores del sistema judicial que han emprendido acciones para socavar la democracia electoral.

Indignación ante el "pacto de corruptos"

Bernardo Arévalo, diputado socialdemócrata e hijo del primer presidente elegido democráticamente en el país, ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 20 de agosto. Desde que ganó la primera vuelta en junio, agentes del Ministerio Público han allanado periódicamente las oficinas del tribunal electoral, han incautado las actas electorales originales, han perseguido a los magistrados electorales, han intentado anular el Partido Semilla de Arévalo y han continuado sus investigaciones sobre diversos aspectos del proceso electoral. Existe la preocupación generalizada de que el principal objetivo de estos esfuerzos, condenados desde las asociaciones comunitarias locales hasta el Secretario General de la ONU, sea impedir que Arévalo asuma la presidencia en enero.

“Es un golpe de estado técnico que quieren realizar”, dijo Mynor Say, autoridad maya k'iche de la aldea de Vázquez, en Totonicapán, durante una marcha en la Ciudad de Guatemala. “Estamos viendo que se vulnera la democracia en Guatemala”.

Las autoridades indígenas -electas por sus comunidades en procesos autónomos- de Totonicapán y de todo el país convocaron el paro, y sus representantes han mantenido una presencia permanente en la capital. Las acciones masivas comenzaron al amanecer del 2 de octubre, cuando miles de personas empezaron a congregarse a lo largo de la Panamericana y otras carreteras de Guatemala. El paro es categóricamente apartidista; la gente está defendiendo la democracia, no a Arévalo ni a su partido.

3 mujeres y 1 hombre sostienen un cartel que dice "Mercado Gerona", al frente de un contingente de decenas de comerciantes que marchan por una calle con paraguas y banderas de Guatemala.

Miles de comerciantes de mercados de toda la Ciudad de Guatemala marchan hacia el Ministerio Público en apoyo de las demandas de las autoridades indígenas. Foto: Sandra Cuffe.

La cantidad de bloqueos de autopistas y carreteras ha variado constantemente, oscilando entre una docena y más de 150 y alcanzando su punto álgido el 9 de octubre. Desde entonces, muchos han cedido, algunos abren periódicamente el tránsito y unos cuantos han sido desalojados por la policía. Grupos de hombres armados han intimidado y atacado varias acciones de bloqueo, en algunos casos abriendo fuego e hiriendo a manifestantes. Un manifestante, Francisco Gonzalo Velásquez, fue asesinado el 16 de octubre cuando hombres armados atacaron un bloqueo en el municipio de Malacatán, cerca de la frontera con México.

El Ministro de Gobernación, Napoleón Barrientos, renunció la tarde del 16 de octubre, citando “la complejidad de la situación actual en que se encuentra el país” en su carta de renuncia. Al mando de la Policía Nacional Civil, Barrientos fue presionado para que reprimiera las protestas. Ese mismo día, el Ministerio Público solicitó su destitución por no haberlo hecho.

El 18 de octubre, la Corte de Constitucionalidad ordenó a la policía actuar y "habilitar el acceso pleno" a todas las sedes del Ministerio Público en un plazo de seis horas. La Corte también ordenó al ejército que colabore si es necesario. La protesta frente a la sede de Ciudad de Guatemala no obstruye el acceso de los empleados, pero los manifestantes esperan acciones represivas.

Este complicado último capítulo de una profunda crisis no surgió de la nada. Cuando Arévalo llegó de forma inesperada a la segunda vuelta y luego ganó, “preveíamos que esto se venía”, dijo Angelina Aspuac, coordinadora del Movimiento Nacional de Tejedoras Mayas. “Hoy las instituciones del Estado están cooptadas”, dijo a Ojalá en la protesta ante el Ministerio Público.

Tras algunos años de históricos casos penales en los que se enjuició a ex jefes de Estado por genocidio y corrupción, alrededor de 2017 se desató una campaña de represalias que no ha parado desde entonces. El gobierno disolvió una comisión contra la impunidad promovida por la ONU. Decenas de jueces y fiscales criminalizados y amenazados fueron forzados al exilio. Una informal alianza multipartidista de gobierno, conocida comúnmente como el “pacto de corruptos”, amañó la Corte de Constitucionalidad, máximo órgano de control y equilibrio del poder. Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones llevan ya cuatro años más en el cargo de los cinco que les corresponden.

“Ven como un riesgo ellos a Bernardo Arévalo porque es una voz disidente dentro de todo ese proceso de corrupción”, dijo Aspuac sobre la alianza que controla efectivamente los tres poderes de gobierno. “Ahora a toda costa quieren evitar que tome posesión”.

Alegría y esperanza al frente de la resistencia

A pesar del retroceso democrático y los ataques contra los bloqueos, las acciones colectivas también han sido celebraciones de resistencia, con música, baile, arte, ceremonias, piñatas y otras actividades. Las comunidades han organizado caravanas e incluso han viajado a pie para apoyar los bloqueos en las tierras altas y en la capital, turnándose para mantener la fuerza de las acciones. Todos los días, aparcan detrás del Ministerio Público diferentes autobuses escolares viejos de Estados Unidos, pintados de vivos colores.

A la vuelta de la esquina, médicos instalan cada mañana mesas y cajas llenas de medicamentos y materiales en un improvisado puesto de asistencia médica, una iniciativa totalmente voluntaria puesta en marcha a finales de la primera semana de la protesta. Todos los días, el personal brinda atención médica a unas 350 personas, entre ellas autoridades indígenas, manifestantes, residentes del barrio y cualquier otra persona que llegue. Algunos de los malestares más comunes que atienden son infecciones respiratorias, diarrea e infecciones de la piel, según Carlos Díaz, uno de los médicos voluntarios.

Un doctor con casaca verde y jeans en cuclillas venda los pies lastimados de una mujer, mientras otro hombre le asiste con materiales de curación que están en una mesa.

En la carpa de atención médica instalada frente al Ministerio Público, el doctor Carlos Díaz venda los pies de una mujer kaqchikel que marchó durante cuatro días hacia la Ciudad de Guatemala. Foto: Sandra Cuffe.

“Respondimos al llamado de las autoridades mayas a resistir”, dijo Díaz a Ojalá, añadiendo que ellos también permanecerán hasta que el clamor de la lucha popular sea escuchado. “Nuestra manera de manifestarnos contra el gobierno, contra la corrupción, contra el desabastecimiento, es dándole salud a la gente”.

Además de las manifestaciones fijas y la organización de apoyo, casi a diario surcan marchas por la capital. Sectores diversos se han movilizado, y los locatarios y comerciantes de los mercados han estado especialmente activos. En una de sus más grandes marchas participaron miles de personas de unos 30 mercados, ocupando varias manzanas de la ciudad. Alicia Portillo, vendedora de ropa en el mercado de San Martín, dijo a Ojalá que nadie recuerda que haya habido nunca un movimiento de masas tan unido entre los mercados de la ciudad.

“Demostramos que realmente nos importa la democracia”, gritó José Pérez, quien vende joyería en el mercado de El Tierrero en otra zona de la capital, por encima del estruendo ensordecedor de los altavoces de plástico. El cierre de los mercados le afecta a él y a muchas otras personas que viven al día, dijo, “pero es mejor, preferible, dejar de trabajar para apoyar al pueblo porque demostramos que todos unidos podemos hacer y marcar el cambio”.

La marcha terminó con una muestra de apoyo a las autoridades indígenas en la concentración frente al Ministerio Público, donde —como en otras acciones en todo el país— la gente se compromete a permanecer hasta que la fiscal general y otros renuncien. “Yo creo que la renuncia de ellos no resolvería la situación pero pues sería un paso”, dijo Aspuac. “No tenemos mucha esperanza en este estado. Sin embargo, no podemos quedarnos callados”.

Sandra Cuffe

Sandra Cuffe is a freelance journalist based in Guatemala. She covers human rights, politics, social movements and environmental issues in Central America and sometimes beyond. // Sandra Cuffe es periodista freelance radicada en Guatemala. Cubre derechos humanos, la política, movimientos sociales y luchas ambientales en América Central… Y a veces más allá.

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