Defensores del agua criminalizados en México: entrevista a Miguel López Vega

Miguel López Vega. Foto: Cortesía.

Entrevista • Lucia Linsalata y Verónica Barreda • 4 de mayo, 2023 • Read in English

El municipio de Juan C. Bonilla se extiende por un territorio cercano a la Ciudad de Puebla, en las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Sus habitantes han sido fuertemente agredidos durante la última década por variadas acciones de saqueo y destrucción, de esas a las que llaman “proyectos de desarrollo”. 

Entre otros agravios, lxs habitantes del Municipio han visto cómo se les despoja del agua, dando permiso a la empresa embotelladora, Bonafont, para que se aproveche de las limpias aguas de deshielo que hay en el subsuelo. También han visto cómo se introdujo, por la fuerza, como parte del Proyecto Integral Morelos, un gasoducto que atraviesa sus tierras. 

No se han quedado quietos. Han resistido continuamente tales imposiciones. Entre muchísimas acciones de defensa del territorio y de lucha por la vida digna, cabe destacar la creación y sostenimiento de una radio comunitaria, Radio Zacatepec.

En agosto de 2019, pobladores de la comunidad de Santa María Zacatepec iniciaron un proceso jurídico y negociación de cabildo para impedir la instalación de la tubería del proyecto de descarga de agua residual tóxica proveniente del complejo Ciudad Textil en el río Metlapanapa. 

A finales de octubre de 2019, cuando se preparaban para la fiesta de Todos Santos, la policía del estado de Puebla y la Guardia Nacional irrumpieron en el territorio para custodiar la instalación de la obra. Las fuerzas armadas desplegaron toda su violencia represora contra la comunidad. 

Fueron brutalmente golpeadas mujeres y personas de la tercera edad quienes se sumaron al acuerpamiento humano que impediría la realización de la obra. Una infraestructura promovida en total opacidad—incluso con información falsa—pese a su alta peligrosidad para la salud de la comunidad.

Ante esta nueva agresión, personas del municipio emprendieron acciones para destituir al presidente municipal Joel Lozano, quien incumplió el acuerdo comunitario de rechazo a la instalación de la obra y dió luz verde a la intromisión de maquinaria de construcción en octubre. Iniciaron un proceso de elección de autoridades bajo usos y costumbres y pusieron en marcha un Plantón por la Vida para evitar el avance de la obra en el territorio.

Hasta la fecha no ha habido justicia respecto a la brutalidad policial y militar desplegado contra las y los comuneros del municipio. 

Lejos de justicia, se abrió un insensato e indignante proceso de persecución judicial, plagado de ilegalidades y contradicciones en contra de Miguel López Vega y Alejandro Torres Chocolatl, ambos autoridades tradicionales y comunicadores indígenas de la comunidad.

López Vega, oriundo de Juan C. Bonilla, zapatista y defensor de la vida y del agua, está hoy atrapado en el régimen de persecución que opera el sistema judicial en Puebla. Fue detenido el 24 de enero de 2020 por elementos de la Fiscalía General del Estado de Puebla, acusado de los delitos de oposición a ejecución de obra pública, ataques a las vías generales de comunicación y a la seguridad en los medios de transporte.

Una fuerte campaña de movilización y solidaridad nacional e internacional, así como la movilización de recursos legales, lograron que fuera liberado seis días después de su detención. En enero de 2020, se realizó una audiencia en la que se retiraron dos cargos en su contra por no poder comprobar su responsabilidad en los hechos, manteniendo la acusación de ataques a las vías de comunicación.

Tres años después, López Vega ha sido nuevamente vinculado a proceso por los dos cargos que habían sido descartados previamente. De forma absolutamente arbitraria, la orden que lo había dejado en libertad fue revocada por el Juzgado de Oralidad Penal y Ejecución de San Andrés Cholula. López Vega fue citado nuevamente a juicio el 29 de marzo de 2023. 

Gracias a una renovada y amplia campaña de solidaridad nacional e internacional, en esta audiencia la parte acusadora, la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Puebla informó sorpresivamente al poder judicial que otorgaba “perdón” a López Vega por los tres ilícitos imputados. Empero, el ministerio público solicitó revisar la decisión y pidió la realización de una nueva audiencia que se llevó a cabo el pasado 26 de abril.

En esta última audiencia los cargos de obstrucción de obra pública y ataque a los medios de transporte volvieron a ser descartados. Se mantuvo en cambio la acusación de ataque a las vías de comunicación por el cual se le impuso la medida cautelar de comparecencia mensual ante el juzgado por un periodo de seis meses.

Lo que le ocurre a López Vega es un retrato de cómo el sistema de justicia mexicano se convierte en un mecanismo de persecución política: acusa, se retracta, vuelve a acusar, y un largo etcétera. Días antes de su última audiencia, nos sentamos junto a López Vega en la comunidad de Santa María Zacatepec, lugar para escucharlo y para poder compartir su voz. Nuestra conversación ha sido ligeramente editada por extensión y claridad.

Lucia Linsalata y Verónica Barreda Muñoz: Miguel, para empezar esta conversación nos gustaría que nos contaras quién eres y por qué luchas.

Miguel López Vega: Mi nombre es Miguel López Vega, desciendo de una familia popoloca de la zona de Tehuacán. Mi mamá y mi papá migraron a Zacatepec, vinieron con cinco hijos y después nacieron otros tres, entre esos tres estoy yo, que nací aquí en Zacatepec. 

Me considero una persona que nace en una comunidad originaria, me identifico con la comunidad y tengo un apego muy fuerte hacia el medio ambiente, ya que desde chavito me iba a jugar al río. Con los amigos nos íbamos a cortar ciruelas, chabacanos, cogíamos chapulines, teníamos todo un conjunto de juegos que nos relacionaba bastante con la naturaleza. Era una relación bonita en la infancia, eso hizo que tuviera un apego muy fuerte hacia el territorio.

Lo que más me agrada, y por eso lo defiendo, es lo que yo ví, lo que yo olí en esta época afortunada cuando el río no estaba contaminado. No me gusta ver que ya no hay un paisaje para las infancias, para los que vienen. 

Es un compromiso de nosotros los que estamos habitando actualmente el territorio, de cuidarlo para que haya futuro, paisaje, para que haya ese espacio que nosotros tuvimos. La tierra y el agua no es nuestra, sólo la tenemos un tiempo para vivir y estar en relación con la naturaleza, pero no nos pertenece. Por eso luchamos.

LL y VB: ¿De qué modo has sido perseguido, Miguel? ¿Qué formas de acoso y criminalización están viviendo las y los compañeros que luchan por la defensa del río Metlapanapa y el agua de los pueblos cholultecos?

MLV: Me detuvieron el 23 de enero del 2020, a pocos meses del asesinato de nuestro hermano Samir [Flores, defensor del territorio, comunicador y activista del estado de Morelos]. Estuve solo seis días en la cárcel porque la organización de los pueblos, principalmente de las compañeras, hizo que no estuviera más tiempo. Fue la organización, los pueblos, el enojo por lo que estaban haciendo las autoridades y las instituciones como la Comisión Estatal del Agua. No fue el gobierno federal ni el gobierno estatal, quien me sacó de la cárcel.

Hace tres años pasó eso. Ahora en este 29 de marzo de 2023, nuevamente dicen que iba a ser juzgado por los delitos por los que ya había sido absuelto. Entonces ocurre lo mismo, comenzamos a decirle a los compañeros, compañeras, organizaciones, y a muchas personas que lo que están haciendo es una violación muy seria a los derechos humanos, hacia los derechos colectivos, hacia los pueblos originarios, hacia la lucha social. 

Ellos pensaron que con encarcelar a una persona, las cosas se iban a apaciguar, y fue totalmente lo contrario. No nos apaciguaron, más bien nos dimos cuenta que los pueblos organizados, que los pueblos unidos podemos hacer muchas cosas. Y de hecho, hicimos muchas cosas.

Sin embargo, el Estado utiliza bien sus cartas. Una carta que ha hecho es la de encarcelar a personas, meter miedo, violar sus derechos, denostar. En la comunidad, ellos no están trabajando de forma arbitraria, tienen objetivos claros, tienen una organización también fuerte, tienen el dinero y las leyes que ellos hicieron, que ellos aplican.

Después de nuestra lucha por el agua, aquí en las comunidades, hubo volanteo; en las redes sociales hubo varios vídeos que comenzaron a circular diciendo que nosotros pedíamos dinero a los presidentes municipales para que no hiciéramos bloqueos. 

Cuando pasó lo del socavón [el 21 de mayo de 2021, a dos meses de la toma de la planta de Bonafont, se produjo un hundimiento de suelo de 15 metros de diámetro en un terreno de cultivo en Santa María Zacatepec, en menos de un mes alcanzó los 126 metros de diámetro. El Instituto Politénico Nacional explica que su origen puede deberse a la susceptibilidad erosiva en el subsuelo, flujos subterráneos naturales y sobreexplotación de pozos], dijeron que nosotros íbamos y les “cobrábamos piso”, como si fuéramos del crimen organizado. 

Luego sacaron una revista a colores con toda una estrategia de desprestigio. Utilizan la persecución, el encarcelamiento, la muerte. No hemos tenido aquí dentro del movimiento alguien que haya desaparecido, pero sí han asesinado, han encarcelado, ha existido eso del desprestigio, de meter miedo, de silenciarnos. 

Por ejemplo, aquí una herramienta grande que tenemos es la radio. Con la radio nos comunicamos y nos organizamos. Y ¿qué dicen ellos? “¡Quítenles la radio!” 

Ya dos veces nos han quitado el equipo, han venido armados, nos despojan del transmisor porque no quieren que hablemos, nos quieren tener con mucho miedo y divididos. 

LL y VB: ¿Ha habido algún cambio en la estrategia de persecución y desarticulación de las luchas entre el anterior gobierno estatal del Partido de Acción Nacional [PAN] y el de la 4T [Cuarta Transformación], entre el gobierno federal de Enrique Peña Nieto y el de Andrés Manuel López Obrador [AMLO]?   

MLV: Todo sigue igual y ahora hasta más difícil, porque si había algunos grupos, familias, personas que estaban totalmente en contra de esa estructura de poder y en contra de esos malos gobiernos, y que ahora se pasaron al lado de López Obrador. 

Para nosotros la guardia nacional, el ejército mexicano, y la marina es lo mismo. 

Cuando aquí metieron los tubos del gasoducto, el ejército mexicano junto con la policía federal fueron quienes resguardaron para que las empresas como Elecnor y Abengoa estuvieran trabajando en el gasoducto. El ejército mexicano cuidando los intereses de las empresas extranjeras, eso pasó con el Partido Revolucionario Institucional [PRI], con el PAN y está pasando con AMLO. 

Entonces, para nosotros no hay cambio. Es un sistema y nosotros como zapatistas, como pueblos originarios, como movimiento lo tenemos bien claro que el presidente de la república AMLO es solo una parte de un rompecabezas. Sigue siendo el mismo que da órdenes en el país pero que obedece a otros intereses principalmente económicos.

Por ejemplo, la cuestión de elegir por dedazo, siguen haciéndolo. Aquí en la comunidad de repente ves a un hombre que dice Juan, Antonio, Julio Huerta y ese güey quién es, pues te lo vienen a imponer y tú no sabes ni quién es. Eso lo hacía el PRI. No han cambiado las formas, siguen utilizando las mismas estrategias, las mismas formas para someter a las comunidades. 

LL y VB: Para ti, ¿cómo sería una forma de gobierno que no someta a las comunidades? 

MLV: Mira, dentro del Congreso Nacional Indígena, tenemos principios: mandar obedeciendo, construir no destruir, obedecer no mandar, proponer no imponer, el de representar, el de que desde abajo. 

Son los principios que nos van regulando, y ya cuando nosotros dijimos “¿somos un pueblo originario? Sí lo somos”. ¿Qué es lo máximo que podemos hacer en los pueblos? Decidir por nosotros mismos, que no venga nadie de afuera que nos diga cómo debemos gobernarnos, cómo debemos vivir, como debemos utilizar el agua, cómo debemos sancionarnos de nuestras acciones. 

A eso le llamamos autodeterminación, que colectivamente decidamos cómo queremos nuestra forma de gobierno en los pueblos originarios.

Por ejemplo, cuando luchamos contra Bonafont, dijimos “aquí hay una ley y es una ley de los pueblos”. 

¿Cuál es la ley de los pueblos? No vamos a permitir que Bonafont extraiga ni una gota más de agua para traficar con la vida, con el agua. Entonces, eso lo fuimos construyendo entre todos, porque era una decisión y una ley de los pueblos, y esa ley se convirtió en un decreto como si fuera el Plan de Ayala. Nos imaginábamos allá en el tiempo de la revolución: ¿Cuál es la decisión de los pueblos? 

Entonces escribimos: que ninguna empresa, ninguna industria venga a saquear, a contaminar nuestra agua. Bonafont no volverá a extraer ni una gota más de agua, en el caso de hacerlo recibirá el castigo de los pueblos originarios. Ya es una decisión colectiva que sale de la asamblea, hay una ley de los pueblos originarios, y en esa ley nosotros somos los que mandamos, los que decidimos porque el territorio es nuestro. 

La alternativa de ellos es la ley con la que siempre nos han ganado, la ley del Estado, donde son ellos quienes deciden qué van a hacer  y cómo y cuándo lo van a hacer.

LL y VB: Muchas gracias, Miguel. Ha sido muy enriquecedor conversar contigo. ¡Que la lucha de los pueblos originarios por la autodeterminación siga y prospere! 

Lucia Linsalata y Verónica Barreda Muñoz

Lucia Linsalata madre, activista, investigadora y profesora del Posgrado de Sociología de la Universidad Autónoma de Puebla (México).

Verónica Barreda Muñoz es una estudiante que escribe de forma situada acerca de las luchas por la vida en México.

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